domingo, 10 de julio de 2016

5º ANIVERSARIO DEL BLOG, PARTE XIV: PLAYMOBIL, TU REVISTA (BOCETO DE PORTADA), por Toni Bancells



Todo lo que empieza, tristemente, tiene que acabar. Con la de esta semana, pongo punto y final a una serie de entradas (14 en total) dedicadas a cada uno de los autores que me acompañaron durante la celebración del 5º aniversario de este blog, dejando su huella en forma de dibujo original dedicado. Quisiera expresar mi admiración y agradecimiento a todos y cada uno de ellos por su implicada colaboración. Gracias a Enrich, Francisco Ibáñez, Jaume Rovira, Joaquín Cera, Joan Boix, Jordi David, Juan Álvarez, Jorge G., Juan Manuel Muñoz, López Espí, Maikel, Nicolás, Paco Nájera, Rubén Mudito y Toni Bancells (del que me ocupo esta semana), sin vuestra ayuda, nada de esto hubiese sido posible.  


 (Foto: cortesía de Toni Bancells).


Toni Bancells (Antoni Bancells Pujadas) nació en Barcelona en 1950. Sus inicios como dibujante profesional datan de principios de los años setenta (1971 o 1972), publicando sus primeros trabajos en Editorial Bruguera. Su labor para esta casa consistía en pasar a tinta páginas de Anacleto, Agente Secreto, dibujadas por Blas Sanchis, que sustituía a Vázquez durante sus consecutivas ausencias y sus incumplimientos con las entregas de sus páginas. A su vez, también se encargó de la tinta de diversas páginas de Ibáñez, labor que compaginaba con Alférez y Jordi David.

El enorme éxito que supuso para Bruguera la publicación de las historietas de Mortadelo y Filemón, y con la finalidad de incluir a estos dos agentes en el mayor número posible de publicaciones de la casa, hizo que el Sr. González tomara la decisión de formar un equipo (tanto de dibujantes como de guionistas) encargado de crear infinidad de nuevas historietas de estos populares personajes creados por Francisco Ibáñez a finales de 1957. Toni Bancells formó parte de este equipo, que llegó a tener más de 15 integrantes, hasta 1977, año que abandona esta editorial de forma definitiva tras una fuerte discusión con el mencionado Sr. González. 


 Mortadelo y Filemón dibujados por Bancells (Imagen: La Página no Oficial de Mortadelo y Filemón).


Sus trabajos dentro de Bruguera fueron más allá de las páginas de Mortadelo y Filemón y Anacleto, dibujando también historietas de Doña Urraca o el Repórter Tribulete, y también algunas obras propias, como Mustafín (publicado en la revista “El DDT” en 1970), Pipo y Colás (“El DDT”, 1970) o Sindulfo, el terrible (publicado en “Pulgarcito” en 1971).





 (Imágenes: Blog "De todo un poco").

(Imagen: Tebeosytebeos.com).


Tras su marcha, Bancells empezó a trabajar para Editorial Egmont, responsable de las publicaciones de los personajes Disney en formato de cómic por todo el norte de Europa. Para Egmont dibujó páginas de Mickey Mouse, el pato Donald o el Tío Gilito, entre otros.



 (Imágenes: cortesía de Toni Bancells).


Después de este breve repaso a la trayectoria profesional de nuestro autor, dejemos que sea el propio Toni Bancells quien nos cuente, con todo lujo de detalles, algunos de los puntos más destacados de su dilatada carrera como dibujante. Hablé con él, le hice unas cuantas preguntas y, sin más dilación, expongo sus interesantes respuestas.

1ª- Siempre me gusta empezar una entrevista lanzando esta pregunta: ¿Dónde y cuándo empezaste a publicar tus primeros trabajos? ¿Qué recuerdos te vienen a la mente de aquella época?

Empecé con eso del dibujo a finales de los 60, justamente cuando los Beatles empezaban a pensar en dejar lo suyo... Eran otros tiempos y, aunque parezca mentira, los quioscos estaban repletos de cómics y la gente los compraba. Los dibujantes no se hacían ricos, pero había trabajo para todos. Uno podía iniciarse como aprendiz, ayudando a algún dibujante a terminar sus páginas a lápiz y entintando posteriormente. Yo pude empezar así en Bruguera, pasando a tinta páginas de Ibáñez, unas páginas que él abocetaba y que otros dibujantes acababan a lápiz. Así aprendí mucho. Cada semana pasaba por la editorial, entregaba, cobraba y recibía más trabajo... unas seis páginas semanales. Esto duró un par de años, hasta que me llamó el ejército.

2ª- ¿Cuál fue tu primer dibujo o página que te publicaron?

La primera página que me publicaron fue Mustafín, un personaje que me pude llevar a la mili y mandar páginas desde allí, esto me ayudó a comer algo mejor. No fue posible continuar con la tinta de Ibáñez, era un trabajo demasiado dinámico, imposible de compaginar con la lentitud de Correos.

3ª- Imagino que ya naciste con un lápiz debajo del brazo…

No, no nací con un lápiz debajo del brazo. Me costó mucho (como a todo el mundo) ser dibujante... Es algo que se consigue poco a poco y es muy duro ya que sólo depende de ti, no había ninguna escuela donde pudieras aprender el oficio. Para dibujar cómics hay que ser artista y además profesional, dos aspectos muy complicados, y sólo podías contar con la ayuda de algún dibujante del que te habías hecho amigo y que tuviera la paciencia suficiente para ver tus trabajos y darte algún consejo. En esto sí tuve suerte.

4ª- ¿Cómo era tu vida antes de ser dibujante? ¿A qué te dedicabas?

Antes de ser dibujante, incluso cuando ya había empezado con Mustafín y las tintas de Ibáñez, era bajista de una banda de rock y tocaba cada noche en una disco, eso duró unos tres años... De nuevo la mili arrasó con todo.

5ª- A principios de los setenta empezaste a trabajar para Bruguera, ¿cómo surgió este encuentro?

Cuando regresé de la mili, en Bruguera me plantearon integrarme en la plantilla de la empresa. Acepté, y mi trabajo consistió en entintar páginas de Anacleto (de Vázquez) que dibujaba Sanchis, el cual, sin estar en nómina, trabajaba en el departamento de redacción. Corría el año 71 ó 72 y me instalé cómodamente en la editorial con sueldo fijo. Al principio, éramos 2 personas: Sanchis y yo, pero aquel departamento comenzó a crecer poco a poco, y llegamos a ser entre 15 y 20.

6ª- ¿Qué relación tenías con los dibujantes de esta casa?

Al principio, nuestro estudio se dedicaba a pasar a tinta trabajos de otros dibujantes: Ibáñez, Vázquez, Segura, Raf, Escobar, Schmidt, etc., y cada uno se especializaba en un dibujante concreto. Estos dibujantes, cuando venían a entregar sus páginas, hablaban con su entintador personal y cambiaban impresiones con él. Nos conocíamos todos, y en el estudio había un ambiente fantástico. Por aquel entonces, Ibáñez había alcanzado un éxito total, sus páginas se publicaban de forma masiva y el montaje que había existido años atrás, cuando yo empecé como entintador, era ya insuficiente. Estamos ahora en el año 1975, más o menos, y ahí se inició la famosa factoría Ibáñez. El estudio se dividió (por decirlo de alguna manera) en dos partes: Producción Ibáñez y el resto.

7ª- Uno de los primeros personajes que creaste para esta editorial fue Mustafín, ¿cómo germinó la idea? ¿Tuviste algún tipo de problema con la censura reinante en la época?

El personaje Mustafin quedó en el olvido después de mi entrada en la nómina de Bruguera. Me ofrecieron otras cosas y mi tiempo para la creación artística comenzó a escasear. Sin embargo, nunca llegué a imaginar lo conocido que llegó a ser este personaje. Me di cuenta años después y, de haberlo sabido entonces, quizá no lo hubiera dejado. En aquellos tiempos, la censura se centraba en otro tipo de cosas más locales: política española (franquismo), militares, policía, tetas, etc. Entonces no existían problemas relacionados con el Islam, ni había apenas musulmanes residiendo en nuestro país, por lo tanto, la censura no iba por ahí. Además, Mustafín era un gran tipo, incapaz de meterse en líos.
           
8ª- Formaste parte de un equipo dedicado a dibujar aventuras de Mortadelo y Filemón, pues, según tengo entendido, Ibáñez no daba abasto y la editorial quería más y más. ¿En qué consistía tu trabajo y qué recuerdos guardas?

Creo que ya te he contestado esta pregunta anteriormente. Con la ayuda de unas calcadoras que inventamos, dibujábamos páginas a lápiz de Mortadelo, Sacarino y Pepe Gotera. En mi caso, podía producir una página diaria a lápiz, con guión incluido, una producción que, por lo que cobraba al mes, era más que rentable para la empresa. Luego se entintaba allí mismo y así íbamos llenando las distintas revistas con material Ibáñez. Él apenas pasaba por allí, ni siquiera llegué a conocerle bien. Un par de saludos, algún apretón de manos y poca cosa más. Supongo que no estaba muy satisfecho con la existencia del estudio, pero nosotros éramos tan sólo simples empleados de la casa.

9ª- También dibujaste a dos de los personajes televisivos más populares de la época. Me refiero a Heidi y Marco, ¿cómo fue?

Las publicaciones de Heidi, Marco y el Perro de Flandes se editaban también en Bruguera, pero en otro departamento que no tenía nada que ver con el nuestro, incluso estaba ubicado en otra planta del edificio. Cuando aparecieron estos personajes en televisión, la gente enloqueció y Bruguera rápidamente los lanzó a los quioscos en diferentes formatos: libros, cuentos, cómics, etc. Al principio, Jan se encargaba de su creación, hasta que el éxito de las colecciones devoró la capacidad de trabajo del dibujante. Algo así como en el caso de Ibáñez. Entonces recurrieron a Sanchis y a mí, que estábamos en el piso de abajo, y así se pudo completar la producción. Éste era un trabajo como colaborador, fuera de la nómina. Lo hacía en casa, por las tardes y fines de semana, y se pagaba muy bien, por cierto. Duró hasta que la televisión dejó de emitir las series, entonces se acabó en seco.

10ª- Y luego, tras la muerte de Cifré en 1962, llegaron las páginas de El repórter Tribulete, personaje que también dibujó Enrich, cuñado de su creador.

El Repórter Tribulete, y también Doña Urraca, renacieron algunas veces a cargo de otros dibujantes después del fallecimiento de sus creadores, Jorge en 1960 y Cifré dos años después. En mi caso, me fueron ofrecidos hacia la mitad de la década de los 70, y estuve trabajando con ellos un par de años o tres, también como colaboración, fuera del horario laboral. Los precios bajos que percibía por estos trabajos hicieron que los abandonara rápidamente al aparecer Heidi y compañía.

11ª- En 1977 te marchaste de Bruguera y empezaste a trabajar para Egmont. ¿Qué te impulsó a que dieras este paso?

Bruguera, a finales de los 70, empezaba a tambalearse y cualquier empleado sabía que aquello iba a terminar mal. Cuando me surgió la oportunidad de hacer una prueba para Disney, de la empresa Egmont de Dinamarca, no lo dudé. La hice y, más o menos, funcionó. De esta forma decidí dejar Bruguera, ya que los precios entre esta editorial y Egmont eran incomparables. Pocos años después, Bruguera naufragó.

12ª- Para la citada editorial (Egmont), dibujaste a varios personajes de la factoría Disney. ¿Cuál era tu favorito?

En Egmont empecé con Mickey Mouse y, más tarde, ya a principios de los noventa, continué con Donald. Me daba igual dibujar el uno o el otro. Cuando empecé, te exigían un estilo determinado, había que mirar mucho a Carl Barks, Paul Murry, etc. Les gustaba la línea americana clásica, y había que adaptarse. Con el paso de los años, fueron dejando, poco a poco, que cada dibujante se expresara más a su manera.

13ª- ¿A qué autor o autores admiras? ¿Cuáles te han servido de inspiración?

En el caso de Disney, ya he dicho que los autores a quien debes admirar te los sugerían ellos. Admirar y, además, imitar. El haber trabajado en Bruguera y haberme adaptado a varios estilos, me ayudó. Como te decía, Disney, en los noventa, me cambió de personaje y también de estilo. Mi trabajo iba destinado a los mini libros, que entonces se vendían como churros y para ello había que moverse en una línea más italiana y más moderna. No tuve demasiados problemas para adaptarme. De todas maneras tengo una larga lista de artistas a quienes admiro a nivel personal, demasiado larga para reproducirla, pero la inmensa mayoría de ellos no tienen nada que ver con el mundo Disney.
           
14ª- En la actualidad publicas en la revista Playmobil. ¿Cómo surgió tu encuentro con estos inmortales personajes?

Años después, ya en la primera década del nuevo siglo, Disney empezó a retocar su plantilla a la baja y a limitar el trabajo. Parecía que la historia de Bruguera iba a repetirse. De nuevo, antes de que las cosas se pusieran peor, me puse en contacto con otros clientes, a través de agencias, y así surgió la revista Playmobil, un proyecto que iba a nacer muy pronto y que encajó perfectamente conmigo, o yo con él.


 (Imagen: cortesía de Toni Bancells).


15ª- Has dibujado casi de todo a lo largo de tu carrera. ¿A qué personaje te gustaría enfrentarte y aún no lo has hecho?

No tengo ningún personaje predilecto. He estado dibujando durante casi 50 años y, como bien dices, he hecho casi de todo. No he sido demasiado creador de personajes, quizá esta ha sido la parte negativa de mi carrera, pero la verdad es que nunca me ha surgido la oportunidad para meterme en ello, siempre he andado muy ocupado en otras cosas. Pero nunca se sabe... yo sigo dibujando, de momento, y ya veremos qué pasa en el futuro.


 Boceto de portada para "Playmobil, tu revista", dedicado por Bancells para celebrar el 5º aniversario de este blog.


Punto y... ¿final? Que no decaigan los ánimos. La fiesta de aquel 5º aniversario trajo consigo otras grandes sorpresas que desvelaré a lo largo de los próximos días. Paciencia, no hay mejor ciencia…

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