domingo, 16 de diciembre de 2012

ESPECIAL: FIN DEL MUNDO



Pues sí, señoras y señores, resulta que el fin del mundo está cerca, más concretamente, el 21 de diciembre de 2012, es decir, dentro de unos cuantos días. Espero que, para entonces, hayamos podido cumplir todos nuestros sueños y nos hayamos fundido todos nuestros ahorros en coches de lujo, grandes mansiones y relojes de oro (sin nombrar marcas, que luego son unos desagradecidos y no te quieren pagar nada por la publicidad).

Desde que el mundo se hizo eco de esta noticia, se dispararon todas las alarmas y algunos ya llevan preparándose para ese fatídico día desde que oyeron la noticia. Yo, sinceramente, no creo que ocurra nada. Como si de un día normal y corriente se tratase, me levantaré a la misma hora y marcharé hacia mi trabajo, lugar donde pienso acabar la jornada como cualquier otro día y del que estaré deseando que llegue la noche para regresar a casa y refugiarme de estas bajas temperaturas que nos están acechando rodeado por los míos.

Además, esa noche hay que acostarse temprano pues, al día siguiente, es la rifa de la lotería y hay que estar muy despejados para que no se nos escape ningún número.

Con el presente dibujo, he querido dar mi particular versión de la supuesta profecía, viendo con mis propios ojos cómo las palabras se van tergiversando conforme van extendiéndose de boca en boca. Al final, de la profecía que anunció el señor iluminado no queda ni su sombra, al igual que ocurrirá tantas veces con muchas de las noticias que llegan hasta nuestros oídos.

Como ya he dicho, no creo en esta supuesta profecía maya, si es que, realmente, se puede definir como tal. Digo esto porque, que yo sepa, esos señores nunca hablaron de ningún fin del mundo, sino de ciclos solares. Probablemente, haya más de uno (y más de dos) interesados en sacar tajada de esta noticia, por ejemplo, los especuladores. Además, las supuestas devastadoras tormentas solares que nos amenazarán no dejarán de ser rutinarias tormentas como tantas y tantas veces hemos sufrido. Éste es un ciclo que se repite cada once años.

Además, debemos tener en cuenta que nuestro actual calendario está equivocado. Dionisio el Exiguo fue un monje matemático que vivió en el siglo VI, quien se confundió al realizar el cálculo de los años que habían pasado desde el nacimiento de Jesús de Nazaret cuando se encontraba elaborando nuestro actual calendario. Esto quiere decir que, si Dionisio el Exiguo hubiese realizado el cálculo como Dios manda, hoy estaríamos en el año 2018 ó 2019, no en 2012. Es decir, que esta supuesta profecía maya del fin del mundo ya habría ocurrido hace 8 ó 9 años y no nos hemos enterado.

Además, los seres humanos somos muy dados a confundir términos. En el caso que ahora nos ocupa, el término Apocalipsis no significa “fin del mundo”, sino “revelación”, así que debemos quitarnos esas tonterías de la cabeza de que nuestro final está próximo.

Con todas estas afirmaciones que planteo, que estoy seguro que tienen más base que todas esas profecías mayas, quiero tranquilizar al mundo mundial y transmitirle que duerman tranquilos porque tenemos planeta tierra para rato. Aún así, si tras leer estas líneas, todavía alguno piensa que estoy como una regadera y que el mundo se va a acabar, ¡adelante!, que siga con sus felices pensamientos. No quiero chafarle la ilusión a nadie, Dios me libre.

Así pues, y como buen conocedor de que nada sucederá el próximo día 21 (ya me daréis la razón), me despido hasta la próxima entrada, ya la semana que viene.

Para todos los crédulos: ¡Que tengáis un feliz fin del mundo!


1 comentario:

  1. Eso pasa cuando la voz se corre tanto (que mal suena). Si alguien me asegura que el mundo se acaba el día 21 me compro ese ferrari de mis sueños...
    Un abrazo.

    ResponderEliminar