domingo, 22 de julio de 2012

UN MATRIMONIO… ¿PERFECTO?


A partir de esta semana, y durante las próximas entradas, voy a dejar un poco de lado la ilustración para centrarme de lleno en la historieta pura y dura. Comenzamos con una página titulada “Un matrimonio… ¿perfecto?”, la cual, relata (sin palabras) una historia tan cruel y real como la vida misma.

Debo confesar que la inspiración para crear esta página me vino un sábado al mediodía, comiendo en un conocido restaurante que hay muy cerca de casa. Allí, entre los comensales, había una mesa ocupada por una pareja (hombre y mujer, ¿eh?), los cuales, pasaban de los cuarenta y, posiblemente, de los cincuenta tacos, quienes tenían unos comportamientos más propios de unos enamorados jovenzuelos en plena edad del pavo que de unas personas de su edad.

¡Cuidado!, con esto no quiero decir que, a ciertas edades, uno no tenga derecho a tener las hormonas a mil revoluciones por segundo, pero hay que reconocer que tampoco es lo más normal.

Sus comportamientos “poco apropiados” (digámoslo así) fueron los que hicieron que se me encendiera la bombilla y anotara aquella idea para una futura historieta. Y aquella historieta es la que ahora os muestro, suavizada por todos sus frentes y resaltando la historia en sí, que es el tema primordial del dibujo.

También podría haber adornado aquellas seis viñetas con su guión correspondiente encerrado en un bocadillo, pero no lo ví necesario, pues una imagen vale más que mil palabras. Los personajes representados no son caricaturas de aquellos tortolitos, entre otras cosas, porque creo que no es necesario y porque ni siquiera recuerdo cuáles son sus caras.

La pareja nos acompañó durante toda la velada, siendo, con toda seguridad, el centro de atención de todos los comensales que allí nos disponíamos a llenarnos la panza. Ahora, que mucho hablaron, mucho se rieron y mucho se morrearon, pero comer, comieron lo suyo. ¡Menudas limas humanas! Se zampaban los platos como si no hubiesen comido nada en semanas.

Tras el “espectáculo” montado en aquel salón, supongo que el dueño del restaurante fue quien pagó la cuenta de aquellos dos, porque nos tuvieron a todos la mar de entretenidos durante toda la comida.

Ahora yo me pregunto: ¿Cuánto tiempo llevarían casados aquellos dos, 25 o 30 años? ¡No lo creo! Ni siquiera tengo claro de que hubiesen pasado por el altar. Aquello se parecía más a un rollo de una noche que a una pareja consolidada de enamorados. Lo mismo me equivoco, pero lo mismo no.

Salud.

P.D.: A todas las parejas (bien de hecho o bien de derecho) que lleven juntos 25 años o más y sigan manteniendo la frescura y la pasión del primer día, mi más sincera enhorabuena.


3 comentarios:

  1. Perfecto no se, pero como la crisis se alargue mucho serán los matrimonios que veremos.
    Espectacular amigo, me gusta mucho, como siempre.
    Un saludo.

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  2. EL QUE HABLA CLARO25 de julio de 2012, 10:26

    ¡¡¡¡¡¡MUY BUENOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    ..........................................PLOF

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  3. En este nuevo episodio semanal nos sorprendes con una historieta con viñetas en la que cuentas la historia. Me gusta mucho el giro que has dado a la caracterización de tus personaje, creo que te aleja un poco de la sombra de Ibáñez y muestra tu lado más personal. También la historia que cuenta sno tiene desperdicio. ¡Enhorabuena!

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