domingo, 18 de septiembre de 2011

LA DICHOSA COMPETENCIA


En los tiempos de crisis que vivimos, tanto las grandes empresas como las pequeñas deben ingeniárselas para conseguir captar la atención de los clientes y para que estos acaben adquiriendo sus productos por activa o por pasiva. El trabajador que curre por su cuenta (el autónomo), también se ha visto obligado a llevar a cabo una serie de medidas que le garanticen seguir teniendo trabajo y, por lo tanto, seguir llenándose el bolsillo. Trabajar más horas al día por menos dinero y elevar a la enésima potencia la amabilidad con el cliente, son algunas de estas medidas.

En el caso que ahora nos ocupa, una trabajadora autónoma se ve obligada a trasladar su puesto de trabajo desde el mismo centro de la ciudad a mitad del desierto, para poder así evadir a la competencia. Con lo que ella no contaba era que, también allí, iba a tener rivales a su medida. Por lo tanto, es normal que agarre el cabreo de caballo que tiene encima.

Satírico dibujo que parodia, siempre desde mi punto de vista ácido, el mundo de la prostitución. Sin mostrar nada grosero ni obsceno, he plasmado aquí la lucha de una chica de la calle contra su competencia por acaparar toda la clientela en ese momento. Pero claro, como en medio del Sahara no es lo más normal cruzarse con una chica de este estilo, decidí adaptarla a la situación y cambiarla por una serpiente. Alrededor de ambas, se pueden ver a unos cuantos animalitos interesados en demandar este tipo de servicios. Lo que no queda muy claro es si les gusta más la mujer o la serpiente. Que cada uno deje correr su imaginación.

P.D.: La idea para este dibujo se me ocurrió cierto día de calor que regresaba de Benidorm a casa. Cuando dejé la autovía y cogí una solitaria carretera secundaria, allí, a mi derecha, en mitad de la nada, me topé con una de estas chicas que tiran más del bolso que los propios carteristas. Os puedo asegurar que por allí no había casas, ni clientes ni sombra. Así que me dije: esto dará para un nuevo dibujo. Y así ha sido.



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